Símbolo de victoria, la estatua del Ángel de la Independencia o El Ángel se alza majestuosa en el Paseo de la Reforma. La primera piedra fundamental fue colocada por El presidente Porfirio Díaz en 1902.
Varios nombres de renombre estuvieron involucrados en la construcción, como el escultor Enrique Alciati, Antonio Rivas Mercado como principal promotor del proyecto y Roberto Gayol, responsable de adaptar el espacio.
Su base cuadrangular presenta una escultura de bronce en cada vértice y simboliza la ley, la guerra, la justicia y la paz. Su fachada principal incluye una inscripción que dice: La Nación a los Héroes de la Independencia.
En el anverso de esta leyenda hay una figura de bronce de un león gigante dirigido por un niño, que demuestra la fuerza y la inocencia de los jóvenes durante la guerra, pero la docilidad durante la paz.
La columna de 36 metros está hecha de acero encerrado con piedras extraídas, resaltadas con guirnaldas y anillos con los nombres de las figuras de la Independencia. También contiene una escalera de doscientos escalones que conduce al área del punto de vista.
La estatua de bronce de Nike, la diosa griega de la victoria, coronada en oro de 24k corona la torre. El monumento fue construido para rendir homenaje a los héroes de la independencia de México.
Fue inaugurado el 16 de septiembre de 1910, en un evento final de las festividades que celebran el centenario de la Independencia de México, que fue honrado por varios embajadores, diplomáticos, funcionarios y la población en general.
En 1957, un fuerte terremoto sacudió la estatua del ángel y la escultura dorada se cayó de la columna, pero fue reparada y reemplazada rápidamente.
En la actualidad, el monumento ha conservado su importancia como uno de los lugares en los que el público mexicano se reúne para celebrar o protestar en ocasiones especiales, como reuniones y manifestaciones políticas.
El país es una tierra de contrastes. Lo tiene todo: una historia y cultura muy ricas, un clima cálido y agradable, una geografía variada, una naturaleza impresionante, una gastronomía de buen gusto y una población amable y servicial … en pocas palabras: ¡México puede cumplir todos sus deseos!
