La Mina de Ojuela es un sitio imperdible en Mapimí. Tiene 450 kilómetros de túneles y se constituyó en su momento, en el crisol del pueblo. Ahí se extraían cobre, plata y oro y hoy atesora, raros y fascinantes minerales.
Quienes recorren el lugar, reciben la orientación de un guía especializado, quien usa una lámpara de aceite para recorrer los oscuros túneles. Al final del recorrido se puede observar a una mula momificada y varias de las herramientas que se utilizaban en esa mina hace siglos.
Ojuela, hoy por hoy, es un pueblo fantasma que impresiona por su soledad y su ambiente silencioso.
El Puente de Ojuela, también es algo que no se puede dejar de lado en una exploración de esta zona de Mapimí. Tiene 318 metros de largo por dos de ancho y se levanta sobre una hondura de 110 metros. Se ha instalado una tirolesa a un costado del puente para así lanzarse por sobre la cañada en una experiencia única para los turistas extremos.