Ubicado a dos horas de la Ciudad de México, Santiago de Querétaro es una ciudad en donde el pasado y el presente se manifiestan en sus calles coloniales.
Querétaro ha sido testigo de acontecimientos históricos trascendentales para la historia de México.
En 1996 la Zona de Sitios y Monumentos del Centro Histórico de la Ciudad fueron declarados Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco.
El Centro Histórico se puede recorrer a pie, en tranvía o en bici y admirar la imponente arquitectura de casonas y ex conventos que actualmente son museos, hoteles y teatros, una combinación de memoria histórica y la vanguardia del moderno estilo de vida de la Ciudad.
Los templos e iglesias de Querétaro son elementos que atraen a turistas interesados en el arte sacro y la arquitectura.
Los principales lugares para conocer son la Catedral de Querétaro que reúne el barroco y el neoclásico, la Basílica del Soriano, el Santuario de Schoenstatt, el Templo de Santa Clara, los Templos y ex conventos de San Agustín y San Francisco.
La cultura es otro de los factores principales de Querétaro. En la ciudad puedes visitar los diferentes museos que recogen contenido histórico, artístico y tradicional, algunos de ellos son: el Museo de Restauración de la República, el Museo de Arte Contemporáneo, el Museo de Fantasmas y Leyendas de Querétaro, el Museo Casa de la Zacatecana y el Museo de la Ciudad, entre otros.
Esta hermosa ciudad combina la esencia provinciana con una realidad cosmopolita, uniendo nostalgia y futuro.
Sobre estos pilares se configura la identidad de Querétaro y de quienes la habitan; los más conocedores le llaman a este rasgo distintivo: “la queretaneidad”.
La queretaneidad es comer, pasear y divertirse; es ese folklore que está plasmado en sus jardines, calles, teatros, arenas, mercados y restaurantes.
Para los queretanos es un estilo de vida atesorado en sus tradiciones; para quienes visitan esta ciudad, es una experiencia que se debe conocer.
Dirígete al majestuoso Acueducto de Querétaro que mide más de ocho mil metros de largo.
No te puedes ir de Querétaro sin caminar por los callejones del centro, degustar unas enchiladas queretanas en la terraza de algún restaurante, comer una deliciosa marquesita de crema de avellana con queso de bola y beber un atole blanco calientito en los puestos de las plazas principales.
Sube al cerro de las campanas el cual es uno de los lugares más emblemático, ya que aquí se fusilo al emperador Maximiliano de Habsburgo.
Es por ello que en la cima del cerro se encuentra una capilla de cantera rosa en honor a Maximiliano.
Con cuatro patrimonios mundiales, viajar a Querétaro es adentrarse en la historia de México. Vibrar con su arquitectura colonial entre andadores y plazas.
Dejarse cautivar por sus pueblos mágicos y sus asombrosos atractivos naturales. Deleitarse con la gastronomía tradicional, probando sus premiados vinos y quesos de la región.
El país es una tierra de contrastes. Lo tiene todo: una historia y cultura muy ricas, un clima cálido y agradable, una geografía variada, una naturaleza impresionante, una gastronomía de buen gusto y una población amable y servicial … en pocas palabras: ¡México puede cumplir todos sus deseos!
