A una hora por carretera desde Guadalajara, el paisaje agavero, que se extiende por kilómetros, sirve de preámbulo a uno de los destinos más importantes en la producción de este destilado.
La paz y tranquilidad que se respira en el Pueblo Mágico invitan a recorrerlo a pie y perderse entre sus calles empedradas que llevan a todas y a ninguna parte. Descubrirás así la historia llena de magia y misticismo que existe detrás de esta bebida nacional.
Las enormes haciendas que albergan varias de las destilerías de la región, los edificios pintorescos, los campos de agave y una gastronomía sin igual son sólo parte de los atractivos que ofrece el destino.
Sin duda, su plaza principal es el lugar ideal de encuentro para descubrir este poblado, y para aprovechar y visitar la Parroquia de Santiago Apóstol, una construcción de estilo barroco adornada con hermosos vitrales.
Sobra decir que tomar uno de los tours por las destilerías es un paseo obligado para todo aquel que se anime a llegar hasta este sorprendente sitio; en ellas, se resguardan más de 200 años de historia.
Desde ahí también se observa imponente el Volcán de Tequila.