Capulálpam de Méndez es un lugar donde la historia, la naturaleza, la gastronomía, la música, el folclor, la arquitectura, los usos y costumbres y la medicina tradicional se fusionan con la calidez de su gente que acoge y seduce a los visitantes.
Hablar de Calpulálpam es adentrarse en la geografía oaxaqueña, donde solo hace falta estar con los sentidos abiertos para descubrir en sus detalles la grandeza de su pasado, en las calles, callejones, veredas, techos, casonas y su iglesia.
Este bello rincón es cuna de la cultura zapoteca y es rico en maravillas naturales. Basta con visitar los parques recreativos Los Sabinos y Los Molinos rodeados de bosques milenarios de pino y encino para explorar las formaciones rocosas de las grutas Cueva del Arroyo o pasar un día en la Unidad de Manejo ambiental del venado cola blanca.
La plaza principal de este pueblo mágico está rodeada por callejones empedrados, casas de adobe con techos de teja y el imponente templo de San Mateo Apóstol.
Este último es la “joya de la corona”, labrado totalmente en cantera amarilla y con una historia de más de 300 años. En su interior se aprecia el arte de la orden dominica, al resaltar pinturas con flores de lis y 14 retablos barrocos de madera.