Maní se ubica a 100 kilómetros al sureste de Mérida, es un lugar en el que el visitante siente como si el tiempo se hubiese detenido, la lengua maya se encuentra en casi todos sus habitantes, quienes suelen llevar una vida tranquila.
Maní es conocido por la arquitectura reflejada en la iglesia y antiguo convento de San Miguel Arcángel, que data del siglo XVI, construida con las mismas piedras de los antiguos edificios mayas.
Además de sus artesanos locales dedicados a la confección y bordados de blusas, huipiles y ternos, así como de la gastronomía, siendo el Poc Chuc, acompañado de tortillas hechas a mano, cebolla morada y aguas frescas, un platillo emblemático de la localidad.
El centro histórico del pueblo mágico de maní se baña en colores vivos, alegres y vibrantes haciendo alusión a las flores y bordados; plasma la alegría de su gente que fervientemente cuida sus tradiciones al mismo tiempo que se enorgullece de su historia o pasado cultural.
Caminando por sus calles te puedes encontrar edificios con fachadas únicas, plazas, capillas (Santa Lucía y Santiago). Si tienes suerte puedes encontrarte jóvenes oriundos de Maní dispuestos a contarte algunas leyendas del municipio.