Con este nuevo templo, el culto al Cristo Negro se acrecentó, como lo muestran la cantidad de regalos que fueron obsequiados para el culto de su santuario, ejemplo de ello es el Viacrucis Monumental de Andrés López o la colección de textiles litúrgicos que se conservan a buen resguardo hasta la actualidad.
Con respecto al desarrollo de la devoción en los siglos XIX y XX, se incrementó gracias a algunos sacerdotes como Isidro Navarro, que ordenó que se hiciera el actual altar mayor; Don Antonio García, quien compró las campanas que se colocaron en la torre; y Ricardo Cuéllar, quien en los últimos años se dedicó a restaurar el patrimonio de la parroquia como órgano tubular, una pintura de Juan Correo encontrada en el bautisterio, y completando con campanas todos los nichos en los tres cuerpos del campanario.
Finalmente, en el siglo XXI la devoción de esta imagen continúa creciendo, no solo con las festividades religiosas en todo su treceario, sino con la ayuda de las oficinas de turismo que han implementado la Trianada y la liberación de novillos, como parte de este Fiesta evocadora en Aguascalientes.